Escrito por Rosa Membreño
Cuando Paola Paz habla de su hijo Jonathan David Avellán Paz sus ojos le brillan y se le llenan de lágrimas. Desde hace 15 años, a Jonathan se le ve correr en las pistas de atletismo no solamente a nivel nacional sino internacional. Su discapacidad (síndrome de down) no ha sido impedimento para salir adelante y cumplir sus sueños. Para Paz su hijo es «una bendición de Dios, su orgullo, la luz de sus ojos».
Fue hace 30 años que Jonathan vino al mundo, fue el penúltimo de seis hijos y el único con síndrome de down, para Paola fue algo inesperado, una situación difícil, pero como toda madre, se llenó de valentía para enfrentar con su hijo el mundo.
«Cuando Jonathan nació presentó mucha calentura, luego de varios días de revisión en el hospital me dijeron de forma grosera los médicos que mi hijo era un mongolito, toda la gente me quedaba viendo, fue algo difícil, fueron tres meses bien duros», aseguró Paola con lágrimas en sus ojos.
Pero con el tiempo esas lágrimas se convirtieron en felicidad. Paola recuerda que pidió a Dios fuerzas para seguir adelante y además hizo una petición a Dios.
«Nunca reproché a Dios por la condición de mi hijo, Jonathan es una bendición, recuerdo que una vez oré y le pedí a Dios permitiera mi hijo fuera famoso, que fuera aplaudido», relata Paola, quien tuvo a Jonathan cuando tenía 35 años de edad.
Fue a los 15 años cuando mientras estudiaba en el colegio Melania Morales Jonathan tuvo el primer contacto con la pista de atletismo y desde entonces ha viajado a casi toda Centroamérica, México y Dubai, dándole muchas medallas a Nicaragua.
«Recuerdo que fue hace 15 años cuando Jonathan vino a competir aquí en la pista del Instituto Nicaragüense de Deportes, Jonathan fue el último en salir corriendo, pero su maestra y yo lo animábamos a correr y recuerdo que fue el último en salir y el primero en llegar a la meta ganándose el derecho de representar a Nicaragua en Guatemala en donde ganó cuatro medallas, recordó Paola.
A EMIRATOS ÁRABES
Jonathan alberga en su casa de habitación con orgullo muchas medallas, entre las más importantes las logradas en el 2019, cuando compitió en los Juegos Olímpicos Especiales en Abu Dhabi, Emiratos Árabes.
En Emiratos Árabes, Jonathan colgó en su pecho una medalla de plata en la prueba de 100 metros planos.
«Nunca imaginé tener un hijo atleta y famoso», dice con alegría Paola, mientras cuelga sus manos orgullosa en los hombros de Jonathan y lo mira a cada momento.
Además de ser atleta, Jonathan es un gran bailarín.
«A Jonathan le encanta bailar. Su música preferida es el palo de mayo, es un gran bailarín», dice entre risas Paola.
Cuando se le pide a Paola describir a su hijo, lo hace con el pecho inflado de orgullo «Todo mundo quiere a mi hijo. Jonathan es un muchacho servicial, respetuoso, cariñoso, atento sobre todo con las niñas, es un caballero».
La mamá de Jonathan asegura ha aprendido muchas cosas de su hijo «A tener paciencia, a entenderlo, comprenderlo, cuando ellos quieren algo uno ya lo sabe, es una bendición de Dios, lo voy a apoyar siempre»
UN MENSAJE
Paola también mandó un consejo a los padres que tienen un hijo con discapacidad.
«Aconsejo a los padres que no escondan a los niños son alguna discapacidad, entre más lo apoyen temprano más van a aprender, lo único es apoyarlos, desde que están pequeños. Yo he luchado mucho por Jonathan, los vecinos dicen es la luz de mis ojos, siempre ha sido una prioridad, es el orgullo de la familia», finalizó Paola, habitante del barrio Memorial Sandino.