Sueño truncado

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Escrito por Rosa Membreño

Fue a los 16 años, que el nicaragüense Marlon “La Rata” Aguilar comenzó a practicar boxeo para aprender defensa personal, pero con el tiempo se enamoró de la disciplina y fue así como inició su lucha por convertirse en campeón mundial, sin embargo, una jugada cruel del destino lo obligó a alejarse de manera irreversible del cuadrilátero hace tres años cuando contaba con 27 años de edad.

Y es que la noche del 18 de junio de 2011, Aguilar boxeó por última vez. Ese día enfrentó al azteca Miguel “El Títere” Vásquez, quien un año antes había conquistado el cetro 135 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), pero no lo expondría.

“Era la primera vez que peleaba en 135 libras. Mis combates habían sido en 126 y 130 libras, pero nunca huí a los combates, me gustaba pelear con los buenos, y por eso acepté”, relata el pinolero, quien nació el 25 de enero de 1984 en Managua.

Era la segunda vez que Aguilar subiría a los tinglados ese mismo año. La primera fue el 19 de marzo ante el mexicano Sergio Torres, quien lo superó por decisión unánime en México, y para el nica era el momento preciso para reivindicarse.

“Lastimosamente en el segundo round Vásquez me dio un golpe y me fracturó el pómulo derecho, fue un gancho en forma de cruzado. Sentí un dolor insoportable, puse la rodilla pero estaba consciente, incluso me levanté a los ocho segundos para reanudar el combate, pero Vásquez se me vino encima, y volví a poner la rodilla y el réferi paró la pelea”, recuerda Marlon, habitante del Reparto Schick, Managua.

Duro proceso

Aguilar recuerda que tras el combate, los médicos del ring lo revisaron, y aseguraron estaba bien. A su regreso a Nicaragua, dos días después, explica que unos amigos médicos le recomendaron operarse.

“Me dijeron que era peligroso, me ofrecieron ayuda para operarme, un doctor me dijo que hasta podía perder el ojo por eso no quise arriesgarme”, expresa Aguilar, quien agrega que “fue extraño ese golpe de Vásquez, en su esquina estaba Javier Capetillo, entrenador del excampeón Antonio Margarito, quien fue suspendido en el 2009 por una sustancia extraña en un vendaje”.

Los días y años siguientes fueron duros para Marlon. “Fue apenas en diciembre del año pasado que volví a asistir a una velada de boxeo. Todavía tengo deseos de seguir peleando, de vez en cuando entreno, creo que hasta que muera se me quitarán las ganas de boxear”, confiesa con nostalgia Marlon, quien fue entrenado por Alberto “El Pofi” Guido (q.e.p.d.) y Ramón “El Chino” Gutiérrez.

Marlon considera que fue bien manejado en ese entonces por Marcelo Sánchez, de Pinolero Boxing.

“Me siento satisfecho porque llegué a pelear título interino, me gané a pulso la oportunidad. Aquí dicen que a uno lo llevan al matadero, pero siempre me mantuve entrenando y por eso di guerra, fue mi gran ventaja al tener apoderado, mi trabajo era boxear”, dice Aguilar, quien disputó un campeonato mundial interino 126 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el azteca Oscar “El Chololo” Larios, el 8 de agosto del 2008 en México, pero fue noqueado en siete asaltos.

Agradecido con Dios

Desde hace cuatro meses, Aguilar, quien llegó hasta segundo año de Agronomía en la Universidad Agraria (UNA), se desempeña como jefe de Seguridad Interna en una textilera ubicada en la capital, y agradece a Dios porque tiene salud y fuerzas para trabajar y darle el pan de cada día a su familia.

“Soy feliz con mis hijas Marlin y Anahi (4 y 3 años) y mi esposa Ana Cerda”, afirma Aguilar, cuyo papá Wilfredo Aguilar (57 años), falleció hace un año, y su mamá Ena Castillo (51 años) vive en Estados Unidos. También tiene dos hermanos.

Marlon expresa que ahora una de sus metas es estudiar la carrera de Educación Física, desea ser entrenador de boxeo y se siente satisfecho todavía hay fanáticos que lo recuerdan y lo respetan por su bravura sobre el cuadrilátero.

Este Reportaje se publicó en el Periódico HOY http://www.hoy.com.ni/2015/01/11/sue%C3%B1o-truncado/

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