Escrito por Rosa Membreño
Y aunque el futuro era incierto porque los Toros del Norte en un principio habían sido privados de participar en la Liga Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) por cuestión de poder, aún así tomaste el avión y te aventuraste a venir a Nicaragua por vez primera con una maleta cargada de sueños y luego de casi 26 horas de viaje estabas ahí, con muchas metas y anhelos en la bonita ciudad de Matagalpa que te abrigó con mucho cariño durante casi cuatro meses.
Y luego de varios días de incertidumbre, finalmente estabas listo para debutar solo con jugadores nacionales a diferencia de los demás, pero que desde el primer día te demostraron que eran unos guerreros al igual que tu y desde entonces supiste que podrías llegar largo a base de esfuerzo, sacrificio, disciplina y sobre todo, mucho respeto y unidad entre todos.
Y así pasaron los días y en medio de dificultades de calendario, de cancha, de entrenamiento, de suspensiones, incluso, de quedar eliminado batallaste contra los aguerridos Trinis y el corazón de guerrero nuevamente volvió a imponerse.
Y así llegaste a la semifinal fortalecido de puros guerreros nacionales y extranjeros, y encontraste la fórmula para dejar en el camino a Tiburones Movistar y a Leones de la Alcaldía de Managua, para darle el segundo campeonato a Toros del Norte, en sus tres años de existencia.
Matagalpa, España y Puerto Rico celebraron tu éxito.
Y frente al éxito, aquellos que que rechazaron contestarte un saludo, o darte la mano, estaban ahora pendientes de tus pasos y de tu legión de guerreros. Fue entonces cuando se dieron cuenta del valor, del corazón y corage que tenías, pero sobre todo de la gran persona que eras y sigues siendo.
Y mientras tratabas de tener paciencia ante la espera ansiosa de tus hijos, te enfocaste en cumplir tu otra meta: La corona del Torneo Cocaba en El Salvador y el boleto a la Liga de Las Américas.
Dejaste Matagalpa con mucho pesar, por el desborde de cariño recibido, y te aventuraste a venir a la bulliciosa y calurosa Managua.
Y los entrenamientos empezaron con mucha dificultad, sobre todo porque había que retomar el ritmo lo más rápido posible tras las dos semanas de descanso y además buscar nuevos refuerzos que te ayudaran a ser cómplices en tu nueva meta y te armaste bien.
Luego de dos semanas de dobles prácticas, llegó el momento de partir de la Nicaragua que te abrió los brazos, de los jugadores quienes creyeron en tu trabajo y que agradecieron tus enseñanzas y con la voz entrecortada partiste, pero con la ilusión y esperanza de regresar algún día a la Tierra de Lagos y Volcanes.
Y luego de 12 horas de viaje, vía terrestre, te instalaste en El Salvador y nuevamente te enfocaste en el reto, y luego de un inicio complicado para ti y todo tu equipo ante Icevic, de Honduras, recuperaron fuerzas y confianza ante Barberena, de Guatemala, y luchaste de principio a fin ante Águila, de El Salvador y tu lucha y la de tus jugadores fue premiada con la corona y con el pase a la Liga de Las Américas.
Nuevamente diste alegría, pero esta vez no solo a Matagalpa ni a España ni Puerto Rico, sino también a Nicaragua.
Misión cumplida… es hora de regresar a casa… a tu España, a los brazos de tus hijos..con tu mar, con tus atletas, es hora de reencontrarte con tus amigos, con tu familia, con tu hogar, con tus costumbres, con tu comida.
Buen viaje y gracias por todo don José Dámaso por toda la alegría que le diste a este país y a todos los que te conocimos.
Que lo que lograste aquí, pueda ser valorado en España. Nicaragua es tu casa.