Marcos Caballero, un guerrero de la vida

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Escrito por Rosa Membreño

Del año 1996 al 2000, el entrenador de boxeo nacido en Estelí pero hoy radicado en Coachella, California, Estados Unidos, Marcos Antonio Caballero, sintió que jamás volvería a ver la luz del sol.

Un accidente le afectó el intestino, quedó sin trabajo y endeudado. Posteriormente se metieron a robar a su casa y al reclamar a los dueños del apartamento lo corrieron junto a su familia, luego se quedó sin vehículo tras un choque automovilístico lo que lo obligó a trabajar de noche y de día para que su familia tuviera pan en la mesa y un techo para descansar.

“Una vez rompí en llanto al ver a mis hijos dormir en una gasolinera. Trabajaba pero no miraba la luz, mi vida estaba estancada. Le pedí a Dios fuerzas y nunca dejé de trabajar. Con los años recibí un montón de bendiciones. Gracias al reembolso de los impuestos compré un apartamento y mis hijos podían dormir en su cuarto. En el 2000 las puertas se me abrieron, mis hijos peleaban y me sentía mejor”, explica Caballero.

NIÑO SOÑADOR

Caballero, quien nació el 6 de octubre de 1967, desde niño fue trabajador y soñador. Mientras su padre, Félix Pedro, laboraba en Managua, su mamá Lucila hacía productos para hacer refrescos de chicha en Estelí y él la vendía, pero además lustró zapatos, ofertó pan y periódicos con los pies descalzos y vistiendo pantalón corto.

Fue a los nueve años que después de un viaje, su papá le regaló unos guantes de boxeo con los cuales jugaba con sus primos. Estudió su primaria en el colegio Fe y Alegría y parte de su secundaria en centro Nuestra Señora del Rosario.

A los 13 años, Caballero conoce al entrenador Eligio Parrales en un gimnasio ubicado en el centro de la ciudad norteña y tras conectar con un volado a un boxeador que solo recuerda con el apodo de ‘El Chino’, inició su incursión en el boxeo.

“Una vez me quedé acostado en una acera y vi pasar un avión y dije que un día me montaría en uno. Ese día me dormí y me robaron la venta de tortillas. A los años me fui a México y luego a Estados Unidos en avión”, relata Caballero, quien realizó 15 peleas amateur en peso gallo (118 libras) y se fue de Nicaragua por la guerra.

El apellido Caballero, adquirió resonancia en el país debido a que su primo Isaac Caballero incursionó en el boxeo aficionado y profesional, aunque con menor suceso en este último.

HIJOS BOXEADORES

En la vivienda de Caballero, ubicada en Coachella, California, se desayuna, almuerza y cena boxeo. Sus cuatro hijos Robert, Randy, Bryan y Rommel son boxeadores activos, a excepción del primero. Todos se han formado en Coachella Boxing Club, que se mantiene a través de donaciones.

Robert, de 25 años, realizó 90 peleas aficionadas de las cuales perdió 10. Bryan, de 18 años, debutó con éxito en el boxeo profesional al vencer por decisión unánime al mexicano Enmanuel Machorro el 24 de agosto de este año. Rommel, de 13 años es el menor y lleva más de 40 peleas aficionadas.

En tanto ‘El Matador’ Randy, de 21 años es el más exitoso hasta este momento. Firmado por la empresa de Oscar De La Hoya, Golden Boy Promotions, Randy resume 16 victorias sin derrota y ocho nocaut actualmente.

“Nunca pensé que llegaríamos a este nivel de boxeo. Aunque Randy es el que más ha sobresalido todos mis hijos, tienen su talento y a todos los quiero por igual. Ser padre y entrenador no es fácil. Soy muy estricto en ambos sentidos, pero así se consigue el éxito”, señala el adiestrador, amante de la vida familiar y la cocina.

“Si Randy se lo propone será un campeón duradero, tiene las herramientas para serlo es dedicado y disciplinado. Además es inteligente, tiene carisma, buen físico es amable y Oscar (De La Hoya) ha visto en él que puede ser una gran estrella. Es un muchacho de casa. Es un niño aún. No es grosero. Si lo regaño no me alza la voz, me respeta”, añade el esteliano.

En su tierra

Aunque Estados Unidos, le ha dado todo, Caballero, que tiene 11 hermanos, asegura que su sueño es regresar a Nicaragua. “Esto es un deporte de mucho estrés y un día quiero descansar, vivir mi vida. Soñé caminar por un pasillo y verme en una pantalla grande y lo logré con mis hijos. No soy millonario pero soy feliz con lo que Dios me ha dado. Mi familia sabe que cuando me muera me tienen que enterrar en mi país”.

Este Reportaje fue publicado en el Periódico HOY el 19 de noviembre de 2012. Aún Randy Caballero no se había convertido en campeón. http://www.hoy.com.ni/2012/11/19/guerrero-de-la-vida/

FOTO CORTESÍA DE MARCOS CABALLERO

ARTE: FÉLIX CASTILLO

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